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Capsulas de café. ¿Café solo?

Problema de las capsulas de cafe. Además de ser un problema ambiental, de desprender aluminio y plástico que ingieres, llevan azúcar, emulgentes, conservantes, aceites y una dosis inexacta de cafeína.

Desde que aparecieron en España en el año 2000, su consumo ha ido incrementándose más de un 10% de media anualmente. Según el último estudio realizado en 2018, los españoles gastamos más de 1200 millones de euros al año en café, siendo casi la mitad de este gasto el consumo en cápsulas.

El 87% de los españoles consumimos café a diario, con un promedio de 2,2 cafés por día, siendo la población entre 45 y 65 años la que más consume, llegando a ser el 93%.( datos del último estudio realizado en España por Cafés Novell). Un mercado treméndamente rentable, pues si un kilogramo de café cuesta de media en un supermercado unos 2€, venderlo en cápsulas de 3 gramos de contenido, a una media de 25 céntimos por cápsula, hace que paguemos el kilo de café a unos 85 €. Te sale caro tomar café y parecer sexy ( que es el gancho comercial utilizado para su venta ).

Pero lo más importante de esta cuestión no es ya lo caro que podemos estar pagando el café que consumimos, sino si realmente ¿sabemos que hay exactamente en cada una de esas cápsulas?

Problemas de las capsulas de cafe. Es fácil deducir que para que determinada marca saque siempre el mismo sabor exacto en todas sus cápsulas de un determinado producto, es necesario añadir al café determinadas sustancias que hagan su sabor estandarizado. De hecho, cada cápsula de café lleva un alto contenido de azúcares, emulgentes, conservantes, saborizantes, grasas y una dosis inexacta de cafeína. Digo lo de inexacta, porque según el último estudio realizado sobre los productos Nesspreso en 2018 (https://www.alimentologiacruda.es/2018/11/contenido-de-cafeina-en-capsulas-de.html ) todas las medidas de cafeína indicadas estaban en muchos casos muy por debajo de la realidad. Luego los etiquetados de estos productos deberían tener más control, ser rigurosos e informar correctamente al consumidor de sus contenidos.

Por otro lado, las cápsulas también pueden ser un problema para nuestra salud. Están fabricadas con aluminio, algunas trazas de otros metales y plástico. Una máquina de café de cápsulas somete durante unos segundos la cápsula a una elevada temperatura y presión, que hacen que algunas de estas sustancias pasen al café que bebemos. Es un hecho que el aluminio y el plástico no son inocuos y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) atribuye a su ingesta problemas neurotóxicos. Algunos pueden pensar que la cantidad es mínima y que no hay por qué alarmarse, pero el problema es cuando esa pequeña cantidad se consume a diaria y se va acumulando en nuestro organismo. Pensemos en que como dijimos antes, cada español consume de media 2,2 cafés, diarios; esto traducido en cápsulas serían unas 800 cápsulas al año.

Por último, las cápsulas están suponiendo un problema medioambiental, ya que resulta difícil su reciclaje, siendo un producto por tanto contaminante, además que supone un gasto energético enorme, pues pesa más la cápsula que el contenido. De hecho, ciudades como Hamburgo en Almenia, han sido pioneras desde el año 2016 en prohibir el uso de cápsulas de café en todos los edificios públicos, como medida a la sostenibilidad y eficiencia energética.

Vivimos en una sociedad de la prisa, en que ya no tenemos tiempo de prepararnos un café. Además, el marketing de la moda y la imagen se encarga de trasladarte esa visión de que eres muy sexy si tomas café en cápsulas como determinados actores y ofreces a tus invitados una cada llena de colorines y variedades como si fuesen bombones ( y de hecho lo pagamos a ese precio ).

Sólo espero que no te dejes engañar por este escaparate de lo moderno. No puede ser moderno algo que pagas como si fuera oro cuando no lo es, ni algo que perjudica tu salud, ni algo que contribuye a un mayor gasto de los recursos naturales y energéticos…

En fin, tú eliges: sexy y moderno o saludable y respetuoso con el medio ambiente.

Jose Ignacio Rodríguez Molina

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